miércoles, 22 de abril de 2009

Siglo XVIII en Francia

Ilustración o Siglo de las Luces.
El siglo XVIII se conoce como el siglo de las luces y también como el siglo de la razón, puesto que es en este siglo cuando se empieza a cuestionar la creencia, la filosofía que se trae hasta entonces y se deja de creer en verdades que no pueden ser demostradas. El conocimiento debe basarse en la experiencia y la lógica racional. Surgen academias de todos tipos, que se encargarán de buscar una respuesta razonable a incógnitas de todo tipos y los sentimientos, la fe y la intuición dejarán paso a la racionalización. Una de las muestras más evidentes del racionalismo es la creación de la enciclopedia aun cuando cuesta salir de la etnocentrismo todavía.
El siglo XVIII es un periodo también de gran tolerancia religiosa. Se separa la idea de la virtud ética del individuo de sus creencias religiosas. Dan también tolerancia al pensamiento y surge la figura del libre pensador. Es un siglo de cierto optimismo y se cree en el progreso que llevará a la felicidad del pueblo, al bien común.

A nivel político surge el despotismo ilustrado, el poder del rey y una minoría de personas preparadas, los ilustrados, deciden el mejor por el pueblo. Tiranos al servicio del pueblo, todo por el pueblo pero sin el pueblo. En esta época tienen lugar dos conocimientos importantes, la Revolución Francesa del 1789 donde se fijan los derechos universales del hombre y donde Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu separa los tres poderes y la independencia de los Estados Unidos al 1776.

Tras todos los adelantos, es un siglo difícil en cuanto a la literatura española, roma de aspiraciones, una literatura que más bien queda corta. Aún así, en Europa si que hay una gran literatura. La literatura española del siglo XVIII se divide en dos etapas. La primera etapa es la del post barroquismo con autores que todavía continúan con un tipo de literatura pesimista y compleja como Diego Torres de Villarroel y la lucha por la ilustración. La segunda etapa es la etapa clasicista con un estilo que vuelve a lo clásico. Tiene influencias de la literatura griega y latina, se recuperan los ideales renacentistas, se rechazan los accesos del barroco y se desarrolla una literatura más práctica y didáctica. La literatura debe desarrollar a estas alzadas ya una utilidad, debe tener como finalidad la mejora de la sociedad. El género literario más importante del momento será el ensayo e incluso las obras narrativas serán de tal manera que permitirán la reflexión intelectual. Surge la narración epistolar. Un autor que podemos tomar como ejemplo se Montesquieu con Las cartas persas.

El Tartufo

Tartufo o el impostor (Tartuffe ou l'Imposteur) es una comedia en cinco actos escrita en versos alejandrinos por Molière y estrenada el 12 de mayo de 1664.

La obra narra la historia de Orgón, un personaje bastante importante que ha caído bajo la influencia de Tartufo (Tartuffe es el nombre dado a la trufa u hongo escondido bajo tierra), un hipócrita beaturrón, que además es bastante torpe. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Orgón y su madre. El mediocre y ladino Tartufo exagera la devoción y ha llegado a ser el director espiritual de Orgón. Este aventurero está tratando, además, de casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de éste, Elmira, mucho más joven que su marido. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones (firmadas) que Orgón le ha transmitido para tratar de echar a éste de su propia casa. Va incluso ante el rey, pero éste, recordando los antiguos servicios que Orgón le prestó, anula dichos papeles y hace que Tartufo sea detenido.

TARTUFFE

« Ah ! pour être dévot, je n'en suis pas moins homme »

(acte III, scène 3, vers 966).

Moliere

Jean Baptiste Poquelin (Molière) nació en París en 1622 y falleció el 17 de febrero de 1673. Fue un dramaturgo y actor francés. Su seudónimo lo tomó en recuerdo del escritor francés Francois de Molière. Nacido en el seno de una familia burguesa, hijo de un tapicero y camarista del rey, Moliere estudió en el colegio de Clermont y obtuvo el título de abogado, pero desde pequeño se sintió fascinado por el teatro. En 1643 fundó la compañía del Illustre-Theâtre, en la que actuó, produjo y dirigió obras que recorrieron toda Francia. Al regresar a París puso en escena sus primeras obras: Las preciosas ridículas y Sganarelle. Sus sátiras acerca de la corrupción de la sociedad francesa despertaron gran conmoción y su obra fue prohibida en los teatros; Molière fue tildado de “demonio en sangre humana”, por la iglesia católica. El estado francés le cerró sus puertas hasta que finalmente en el año 1669, el Rey Luis XVI le permitió presentar sus obras en público. Luis XIV le dio su apoyo y le permitió utilizar ocasionalmente el Petit-Bourbon e incluso, en 1661, el teatro del Palacio Real. Duro crítico de las costumbres y los prejuicios de la época, emplea la comedia de caracteres y la farsa, para dar un tono popular a sus obras, las cuales soportan la acción del tiempo y divierten y entretienen hasta nuestros días, habiendo creado figuras que se elevan con valor de símbolos de la naturaleza humana. Representando su última obra (El enfermo imaginario) sufrió una hemoptisis y murió en escena. Debido a su oficio de comediante, se le negó la sepultura cristiana. Gracias a la intervención del rey, se le pudo enterrar más tarde en el cementerio de Saint-Joseph.

Alguna de sus obras son: Las preciosas ridículas, Sganarelle o El cornudo imaginario, La escuela de los maridos, La escuela de las mujeres, Tartufo, El amor médico, Don Juan o El convidado de piedra, El misántropo y El médico a palos (1666).

Retrato de Moliere por el pintor Charles-Antoine Coypel

Siglo XVII en Francia

En la primera mitad del siglo XVII, se cultivó la literatura barroca, como puede verse en el preciosismo de autores como el poeta Vincent Voiture.

No obstante, en la segunda mitad del siglo Francia se convirtió en defensora de un ponderado y sereno clasicismo, basado en principios radicalmente opuestos a los del barroquismo. A través de los programas políticos y artísticos del Antiguo Régimen, la literatura francesa se convirtió en dominante en las letras europeas del siglo XVII.
En 1635, Armand-Jean du Plessis, o cardenal-duque de Richelieu, fundó la Real Academia francesa dónde se siguen los preceptos de del poeta y ensayista, Nicolas Boileau-Despréaux, que escribe por ejemplo El arte poético, El Atril, etc.

Los grandes modelos literarios eran derivados de Aristóteles y Horacio. El estilo evitaba excesos, aspirando a la naturalidad y sencillez (realismo).sus temas deben ser verosímiles y se deben respetar las reglas clásicas, las tres unidades, la del tiempo, la de la acción y la del lugar.

En la literatura francesa se deben señalar a autores importantes como Blaise Pacal en la prosa, un hombre con pensamientos científicos pero cristianos, a Boilieu en la poesía, que escribía sátiras, poesías y ensayo ya La Fontaine, que narra en verso las fabulas de origen clásico, y a Pierre Corneille escritor de Cid que junto a Racine que escribe Fedra y Moliere escritor del Tartufo serán grandes dramaturgos del siglo XVII.